“Mi compromiso con Feliciano no se mide en comunicados ni en operaciones internas, se mide en gestión y resultados. No acepto que se intente disciplinar con agravios a quien trabaja y da la cara. Eso no califica ni como debate político: es oportunismo”, sostuvo en una publicación en redes sociales. Domínguez eligió «marcar distancia de las disputas partidarias y poner el foco en la gestión».

En su descargo, la senadora habló de «avances concretos en salud, educación, instituciones y caminos rurales, así como el fortalecimiento de las juntas de gobierno» durante su mandato en la legislatura provincial. “Salud, educación, instituciones, caminos rurales y fortalecimiento de las juntas de gobierno del departamento tienen hechos, montos y resultados claros. Becas para más de 300 estudiantes, más de 40 millones para clubes y comparsas, cerca de 950 millones para caminos rurales y avances históricos en jerarquización institucional. La histórica obra del quirófano del Hospital. Todo para Feliciano, todo comprobable y a la vista”, enumeró.
En relación a su labor legislativa, aseguró que en la Cámara no practica «obediencia ciega». «Acompaño lo que beneficia a Feliciano y marco límites cuando hace falta. La lealtad no es sumisión: es defender a la gente, incluso cuando incomoda».
Devolución de gentilezas
La senadora aprovechó la exposición pública para exigir «transparencia» al Ejecutivo Municipal de Feliciano. «Con la misma firmeza con la que se me cuestiona, exijo transparencia al Ejecutivo Municipal de Feliciano, que den explicaciones, exijo que explique cuánto gasta en pauta oficial, cuánto invierte realmente en salud, educación y desarrollo social, y qué obras están efectivamente terminadas. Gobernar sin rendir cuentas no es gestión, es relato», apuntó.
«No me corrí ni un centímetro de mis ideas, ni del mandato que me dio el pueblo. Voy a seguir trabajando por Feliciano, con hechos y sin pedir permiso. El resto es palabrerío, eso se lo dejo a los que no tienen nada que mostrar», señaló.





