Alfredo Francolini anunció hace casi un año que sería precandidato a intendente. Fue el primero en la ciudad en hacer pública su voluntad. Desde entonces, hace casi 300 días, encabeza una campaña que el define como austera, “sin poder económico”. Esa condición, sostiene, lo llevó a empezar temprano, para tener tiempo de recorrer todos los barrios y “hablar con la gente”.
Cuenta que, desde entonces, ha tenido unas 311 reuniones políticas. “Fuimos construyendo este consenso que logramos hoy, fuimos de menor a mayor”, dijo, en diálogo con #TareaFina.
La campaña
Más acá en el tiempo, desde que en el cierre de listas se confirmaron las otras cinco precandidaturas, Francolini se posicionó con una estrategia que lo llevó a tomar la decisión de no responder los agravios o denuncias públicas que sobre él hicieron otros candidatos. “Elegimos no responder, pero sí le decimos a la gente que mire bien quién dice qué cosa”, apuntó. “La gente ya no compra más espejitos de colores, y tengo en claro que si contestamos las acusaciones falsas, eso sería entrar en el terreno que ellos están buscando”, fundamentó.
Aunque decidió no responder, Francolini reconoce que la interna peronista en Concordia arde. “Veo una campaña muy sucia, nunca viví en democracia una campaña así, con estos descalificativos y acusaciones permanentes”, describe. Entiende que los ataques a su espacio político tienen que ver con que su precandidatura a intendente fue inconsulta. “Lo que molestó a varios es que no pedí permiso a nadie para ser candidato”, afirmó.
El actual viceintendente, distanciado políticamente con Enrique Cresto, asegura que su postulación no es “anticrestista” pero que sí reconoce que en su espacio “hacemos política de una forma diferente”. “Nosotros prometemos lo que realmente vamos a cumplir. Eso nos diferencia de todo el mundo. Los otros dicen cosas que no sé si después van a cumplir”, se diferencia.
Sobre el posicionamiento de Cresto a favor de Armando Gay – otro precandidato de la interna-, dijo que no le molestaba pero reconoció que sí incomodaba a ciertas personas el condicionamiento que eso generaba entre quienes son funcionarios y acompañan su precandidatura.
“No me molesta que Enrique juegue para Gay. Hay gente que está ligada al gobierno actual, que son funcionarios, que van a nuestras reuniones y no se pueden sacar fotos. No se pueden mostrar por el contexto que se está viviendo en esta campaña. Tendrían que poder mostrarse, pero la gente nos acompaña pero nos pide no sacarse foto”, contó.
El día después del 13 – A
Francolini aseguró que, de alzarse con el triunfo en las PASO, abrirá las puertas de su espacio para trabajar “con todos los candidatos”. “El que se quiera sumar, será bienvenido”.
Dijo que no es enemigo de nadie y se definió “amigo”, especialmente, de Ángel Giano, el tercero en la lista de los tres más competitivos (Francolini, Giano, Gay) y a quien él votaría si no fuera precandidato a intendente. Además señaló que junto con él, a Giano también le cayeron acusaciones en el marco de la campaña. “Los dos espacios de los que salen noticias falsas permanentemente son los de Ángel y el mío. Y ninguno de los dos sale a responder, sin ponernos de acuerdo. Es como somos”, ejemplificó.
«Si me votan los de Frigerio, no tengo problemas»
Sobre las perspectivas provinciales, aseguró que prefiere que gane Adán Bahl pero que no tiene problemas en gobernar eventualmente con Rogelio Frigerio en la provincia. Esta afirmación es a propósito de que en su espacio político sostienen que habrá un caudal de votos que a Francolini le llegará de votantes de Frigerio.
“La interna hay que ganarla, con votos de donde vengan. Yo quiero que ganen Bahl y Massa, pero si me votan los de Frigerio, no tengo ningún problema. Yo me pronuncié a favor de Bahl, pero lo que hace la gente no lo puedo controlar”, reflexionó.





