“Se querían tomar un fin de semana largo y por eso hicieron un paro” criticó, enojado, el gobernador Gustavo Bordet el paro docente del viernes pasado en esta provincia. La medida, implementada por la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER) y acompañada por los minoritarios, impactó en el gobierno esta vez más que en otras oportunidades, por inesperada y a destiempo, como la calificaron.
Es que la paritaria docente hace recaer un nuevo conflicto en las espaldas del gobernador justo cuando viene de mostrarse como el equilibrista de la gestión en el frente de mandatarios de la región centro que conformó con sus pares de Santa Fe, Omar Perotti, y de Córdoba, Juan Schiaretti.
El del viernes pasado fue el quinto paro que los gremios docentes entrerrianos realizan en lo que va de este año, sin contar el paro internacional de mujeres del 8 de marzo. El motivo no es nuevo, los sectores de la educación y de la administración central se sientan por estos días con el gobierno en el marco de las negociaciones paritarias, pero cada reunión termina con un rechazo a la propuesta recibida.
Los gremios docentes reclaman a Bordet una actualización salarial por encima de la inflación. La última propuesta del gobierno, tras haber aumentado en casi un 50% los salarios en la primera mitad del año, fue de un nuevo aumento del 20%, escalonado hasta octubre, pero la rechazaron por insuficiente y llamaron al paro por considerar que el gobierno demoraba a propósito las negociaciones.
“Estábamos enojados” reconocieron a Letra P. «Esta medida de acción directa responde concretamente a la inacción explícita del gobierno provincial al menospreciar y socavar la voluntad de diálogo que hemos tenido las y los trabajadores docentes», explicaron.
Un frente gremial amenazante
Ante la dilación de un acuerdo y lo que califican como demora innecesaria y propuestas inaceptables, la dirigencia gremial docente sumó al sector estatal nucleado en ATE y UPCN para armar un frente sindical que podría complicar el funcionamiento de las escuelas y organismos públicos: amenazaron con un paro general con movilización frente a la Casa Gris, en Paraná.
El frente lo conforman AGMER y la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET), los dos gremios docentes paritarios de la provincia, junto con los estatales nucleados en ATE y UPCN, los paritarios del Estado, que también se encuentran negociando. A ellos se suman gremios más chicos que si bien no tienen voto, sí voz: UDA (Unión Docentes Argentinos) y la docencia privada nucleada en SADOP.
El conflicto está enmarcado en la asfixiante situación inflacionaria que cunde en el país y que tiene a la mayoría de los salarios estatales en esta provincia por debajo de la canasta básica alimentaria e, inclusive, en algunos casos por debajo de la línea de pobreza. Por caso, a valores de agosto, una persona que recién inicie en la docencia percibe en Entre Ríos un salario de $75.183; con diez años de antigüedad, asciende a $85 mil; y con más de veinticinco años, a unos $117 mil.
Tras la medida de fuerza, este martes se concretó un nuevo encuentro con la docencia en el que el gobierno reabrió la paritaria. Allí, le propuso al gremio que sean ellos quienes eleven un pedido concreto de aumento, que será evaluado.
“El objetivo es encontrar un punto de acuerdo para el incremento salarial en septiembre, y convocar en octubre a nuevas instancias de diálogo para los meses siguientes”, puntualizó Martín Müller, quien preside el Consejo General de Educación, el organismo que en esta provincia funciona como ministerio de Educación, pero con rango constitucional.
Escalada de tensión
El conflicto sorprendió esta vez por la escalada de tensión y las fuertes declaraciones no solo del propio gobernador sino también de Müller, quien dijo ante el paro que a la docencia entrerriana no le importaba la educación de los niños y niñas y que solo buscaban reflejar un interés parcializado, el de la dirigencia. Bajarle el precio a la representatividad de la dirigencia gremial docente es un recurso que se escucha seguido en voceros del gobierno, inclusive por parte de funcionarios vinculados a áreas no directamente involucradas en el asunto. El universo docente en Entre Ríos asciende aproximadamente a unos 55 mil trabajadores y trabajadoras.
“Mi impresión es que los dirigentes gremiales no representan el sentir de los docentes. Yo haría una encuesta entre docentes y el 70% seguro está de acuerdo con nuestra propuesta salarial” confió a este medio un alto funcionario de gobierno que participa de las negociaciones. “¿Quién puede hoy negarse a un 20%? Aceptalo y después seguí discutiendo”, agregó, cuestionando la negativa gremial a aceptar los aumentos propuestos.
Por parte de la dirigencia gremial justifican el cuestionamiento a su legitimidad en la preocupación que les genera la unidad de los trabajadores y trabajadoras. “Estamos coincidiendo en la preocupación salarial y eso se expresa en el cruce y en la tensión, con la prensa de por medio. La discusión está en escalada, pensamos que se podía resolver de manera más fácil” reconoció un alto dirigente. Por ahora, el conflicto encontró una tensa calma hasta el viernes 16, cuando el gremio deberá evaluar en el Congreso provincial qué pedir.
Fuente: Letra P