Martín Oliva es uno de los feligreses más activos de la gobernación de Gustavo Bordet en la provincia. Cada vez que lo convocan, reafirma su pertenencia a las filas bordetistas y se refiere al gobernador como su jefe político.
Tras la reunión de la liga de intendentes peronistas que encabezó Bordet la semana pasada, empiezan a aparecer las primeras definiciones en términos políticos de los jefes territoriales.
Sobre el escenario de adversidad que presentan las encuestas, Oliva aseguró que «la diferencia no son los 25 puntos, la diferencia es la mitad de eso».
Para justificar su diagnóstico, Oliva recordó la paridad que tuvo la elección de 2015 con la fórmula Bordet-Bahl. «Esa diferencia tan ajustada puede volver a suceder, porque estamos en condiciones de mostrarle a los entrerrianos que tenemos las personas capaces» dijo.
En ese sentido, se mostró confiado y habló de «la pesona elegida» por Bordet. «Cuando el gobernador camine mostrando a la persona que elija, veo que hay enormes expectativas de que las cosas vayan bien», afirmó.
Oliva también pidió una campaña limpia. «Veo que podemos hacerlo de manera sana, sin acusaciones ni difamaciones, sin hacer esa política que la genete no quiere, haciendo mea culpa y contando como podemos mejorar», aseguró.
Sobre las proyecciones que dan las encuestas para el oficialimos, reconoció que «el clima es difícil tras el renunciamiento de Cristina pero tiene que encontrarnos uniendo todas las fuerzas».
«Hay humor social con rechazo hacia la política, eso lo tenemos que saber cuando salimos a la calle. Pero tenemos hombres y mujeres entrenados para ocupar los cargos que se elegirán el año que viene» anticipó.