Según datos que difundió en las últimas horas el INDEC, la actividad porcina creció un 27% durante el trienio 2020-2022, superando un poco de las dos millones de toneladas producidas.

Sin embargo, a pesar del crecimiento sostenido desde hace veinte años, los productores continúan advirtiendo sobre las amenazas que se ciernen sobre el sector: la caída a cero de las exportaciones y las importaciones abiertas, principalmente con productos de origen brasileños, que cooptan las góndolas y atraen el consumo interno.

«En 2021 casi llegamos a los 8 millones de capones. La actividad porcina ha sido una de las únicas que ha logrado sostener estos niveles de crecimiento que son muy atractivos» explicó a #TareaFina Sebastián Bouzada, presidente de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (CAPPER).

El crecimiento del consumo de carne porcina está asociado directamente a la demanda del público consumidor, que vuelca sus preferencias ante el aumento de precios de la carne vacuna y aviar.

Toda la cadena es traccionada por el consumo, pero factores clave son el financiamiento y la previsiblidad, aspecto que en Argentina, se quejan los productores, es difícil de conseguir.

En ese escenario, la provincia se ubica como la cuarta productora a nivel nacional, con casi treinta mil madres. Sin embargo, preocupa al sector la caída a casi cero en las exportaciones. Según datos de CAPPER, en 2020 la balanza comercial fue positiva, con más exportaciones que importaciones. Pero desde entonces comenzó un trampolín descendiente para el comercio exterior de la producción, que representó en su mejor momento el 10% de toda la producción nacinoal.

«El problema principal es con el tipo de cambio oficial y las retenciones del 5% que todavía tenemos» puntualizó Bouzada y recordó que es un reclamo que todavía le hacen a Juan José Bahillo, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

«El tipo de cambio oficial es un ancla que hace economicamente inviable pensar en exportar. Se habían hecho inversiones mirando hacia afuera y ahora eso está parado» dijo el productor.

Consumo interno

Aunque las exportaciones cayeron, la apuesta del sector fue siempre al consumo interno, proyectando inclusive las propias expectativas de crecimiento.

En los últimos registros de CAPPER, se ubica al consumo por habitante en aproximadamente 21 kilos anuales. Ese crecimiento podría, inclusive, picar en punta este año debido al aumento de la carne vacuna aunque no estaría exento de una actualización de precios, aspecto que también reclaman los productores.

«El aumento de la carne vacuna impactará en algún aumento en la carne porcina. El mercado del cerdo obedece perfectamente a la oferta y demanda» apuntó Bouzada.

«Nos pegó mucho el dólar soja 1 y 2, que nos aumentó un 15% en los costos. Ahora estamos esperando que se apliquen las compensaciones que anunció el gobierno y ahí veremos qué ajuste tenemos que hacer» concluyó.